Capítulo 26.
-Gracias a la vida,que me ha dado tanto....No tenía ganas de cantar pero me vino a la cabeza la letra de esa canción ...y yo no se lo pedí.
-Ahora tenía tantos lujos que nunca,ni en sueños podría.Desconocía las cocinas de gas,eléctricas ¡si desde que tenía uso de razón solo conocí las de carbón¡-Limpiarlas por la mañana -esa era mi tarea de niña-rascar la escoria del carbón de la noche anterior,meter una hoja de periódico arrugandolo hasta hacer una bola sin apretarlo mucho,poner unas teas "en cabaña índia",luego las astillas y encima un poco de carbón de encina,lo justo ...
-Ya de casada tuve otra más moderna,el combustible el mismo -pero tenía al lado un depósito de agua que rellenaba cada día y así disponía de agua caliente,solo tenía que abrir un grifo pequeño dorado,reluciente de tanto sidol que le daba.La placa -como una patena -y yo cantaba todas las canciones de la radio -¡era alto y rubio como la cerveza ¡-cantaba la Gran Concha Piquer-
-Rubio era el amante que me subio a lo más alto del deseo,nunca jamas conocí el gozo infinito,solo él-todos los hombres que hice mis esclavos haciendo locuras con ellos,ninguno llegó a ser él .Pero con él llegó la locura,la ruleta empezó a girar para el otro lado.
-Ahora no tenía cocina de carbón que limpiar y encender cada mañana pero tampoco tenía ganas de cantar.
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