Capítulo 8.
-El duelo fue muy comentado .El se lo merecía,decía la gente que era un hombre muy trabajador,muy educado y atento,saludaba muy cortés ...amaba a sus hijas,había recogido una perra abandonada en la nieve...Y esa perra que según decían él había encontrado,estuvo estoicamente sentada a la cabecera del amo cumpliendo su papel y tan cerca de mi que yo podía acariciar su cabeza.Tanto ella como yo hicimos lo que la gente esperaba,pero no podía llorar.
-Bastante difícil fue quitarlo después de comprobar que ya no tendría celos de mi-volver mi cuerpo para bajar el suyo,sacar su pene que parecía un palo tieso y abrirle la boca para sacar mi pezón ...Su cara amoratada me resultó grotesca porque al sacarle el chupete le quedó un gesto ridículo.
-Cuando vino el doctor le expliqué la verdad ¡ se ahogó mientras me jodía¡.pero no le dije que fui yo la que le jodí a él.
-Y ahora que sería de mi,tenía dos hijas, otro en camino y sin un hombre que cuidase de nosotras ...comentaban las mujeres en el duelo compadeciéndose de mi,yo acariciaba la cabeza de Pepa y callaba.
-¿Como explicar a nadie que mi marido cuando venía de noche apagaba el motor y las luces para sorprenderme con otro hombre,cuando no lo había? -y que mi perra lo sabía y le esperaba sentada en la puerta y cuando lo hubo la actitud de ella me daba seguridad-era el momento de sacarla y darnos el mejor de los besos.
-Tenía por delante una tarea -encontrar otro macho para que aparte de mantener a la familia,disfrutase de mi cuerpo y a la vez me volviese loca al sentirle dentro de mi..Yo había sido fiel,los celos me empujaron a no serlo,pero ahora tendría a los hombres bajo mi dominio y les demostraría que las posturas impensables te las enseña el deseo de que gocen al máximo y así gozar la mujer.
-En el tiempo de luto pensaría el como mientras la criatura en mi vientre se daba a conocer,sería un problema....
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