Capítulo 2.
-Era una especie de complicidad,solo buscar su mirada que ya esperaba la mia,para saber yo diría nuestros pensamientos.
-Yo tenía treinta años cuando llegó a nuestras vidas.No era una mujer impresionante,nadie se volvía a mirarme cuando caminaba sola -y si lo hacían yo no me daba cuenta -caminaba subida en mi arco iris.
-Pero sabía que tenía un algo,mirandome al espejo del cuarto de baño cuando salía de la ducha,el agua resbalaba por una carne tersa,con unas medidas redondas,sin señales de dos embarazos y mis pechos que habían amamantado a dos hijos seguían en el mismo sitio.
-Y mi cuerpo resistía todos los caprichos de mi marido-solo con rozarme los pechos con su lengua yo le deseaba,mi cuerpo se estremecía y podía hacerme verdaderas locuras -que locuras eran -porque yo necesitaba volverme loca con sus caprichos.
-Cuando recogimos a Pepa y formó parte de la familia siempre estaba a mi lado,si salía a comprar se ponía a mi lado como un perro-guia de invidentes,no necesitaba correa ni era obligatorio.Llegábamos a un semáforo,yo me paraba y ella se sentaba a mi lado -se ponía verde para nosotras y ella se levantaba caminando de nuevo a mi lado .
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